¿Qué beneficios tiene la siesta para nuestro descanso?

En un estilo de vida saludable tienen cabida numerosas costumbres, y la siesta es una de ellas. Esta práctica no conoce fronteras, aunque es especialmente popular en los países mediterráneos, donde se encuentra su origen. Su nombre proviene de la época de los romanos, que se detenían a comer y a descansar en la hora sexta del día. En España, este periodo se sitúa entre la 1 y las 3 de la tarde. Pero más allá de este breve fragmento de historia, ¿sabes cuáles son los beneficios de la siesta?

Los expertos en sueño están de acuerdo en que dormir una siesta es favorable para tu organismo. Esta desconexión te permitirá recargar tu vitalidad, y además mejorar tus condiciones físicas y mentales tras un parón corto y de lo más reparador. Eso sí, como en muchos otros ejercicios, debes tener en cuenta algunos detalles para sacar el mayor partido a sus efectos.

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5 beneficios de la siesta 

En ocasiones, se le atribuye a la siesta cierta mala fama, pero lo cierto es que hay motivos de sobra para considerarlo un hábito positivo. Para vivir de forma saludable es tan importante ser una persona activa como reservar momentos para desconectar, y este puede ser el tuyo. Si te hace falta repasar los beneficios de la siesta para acabar de convencerte, ¡sigue leyendo y toma nota!

Si te echas una breve siesta:

1. Te sentirás más relajado.
2. Disminuirá tu fatiga.
3. Mejorarán tu creatividad y tu capacidad de aprendizaje.
4. Estarás de mejor humor.
5. Rendirás mejor, reaccionarás más rápidamente y tu memoria se verá agudizada.

¿Qué debes tener en cuenta antes de dormir la siesta?

Sabemos que echar un vistazo a los beneficios de la siesta te ha hecho plantearte si deberías dedicarle unos minutos cada día. Sí, evidentemente, es recomendable, pero como ya te hemos comentado, existen algunos detalles que no puedes pasar por alto. Si ya le dedicas tiempo, no está de más que los revises. Y si no eres “practicante” o te cuesta frenar para dormir un rato a mitad de la jornada, nuestros consejos pueden ayudarte.

Practica para coger sueño

Como todo nuevo hábito que intentes incluir en tu vida, será necesario un periodo de práctica. Es posible que hayas decidido que quieres echar una breve siesta cada día, pero que cuando te tumbes, tu cerebro y tu cuerpo no te sigan. No te preocupes, al principio puede ser normal, es la falta de costumbre. “Oblígate” un poco para empezar y cuando te habitúes, será una rutina diaria tan habitual como provechosa.

La siesta debe ser breve

¿Has oído que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”? Pues es un dicho perfectamente aplicable a la siesta. Las recomendaciones señalan que la duración ideal del reposo está entre los 20 y los 30 minutos. No te quedes corto y no te excedas demasiado, porque podrías influir en las fases del sueño. Eso provocaría que no te despertaras tan despejado y que no pudieras disfrutar de todos los beneficios de la siesta.

Busca un entorno adecuado

Un entorno adecuado es un excelente apoyo para una buena siesta. Elige si prefieres sofá, cama u otro soporte que sea cómodo, pero evita ponerte el pijama para no caer rendido. Además, aspectos como encontrar la temperatura adecuada, evitar los ruidos y disponer de poca luz pueden marcar la diferencia.

Encuentra tu rutina ideal

No todos nuestros días funcionan igual, pero es aconsejable establecer una rutina. El horario recomendable es entre la 1 y las 5 de la tarde, es decir, después de comer. Este es el periodo del día en el que sufrimos mayor somnolencia y nuestro ritmo circadiano experimenta una caída, por lo que tomarse un respiro en esta franja horaria resulta un plan perfecto para tu organismo.

Cómo saber si la siesta no es para ti

Pese a tratarse de un hábito saludable, no hay problema si, por unos u otros motivos, la siesta no acaba de encajar en tu vida. No te agobies, cada persona tiene sus propias preferencias a la hora de dormir, y siempre que reparen cuerpo y mente, no pueden considerarse erróneas. Lo importante es que, sí o sí, tengas claro que debes cuidar tu descanso.

Hay signos que confirman que la siesta no es una oportunidad para ti. Si te levantas aturdido y te cuesta más rendir bien, o si tienes dificultades para dormir por las noches, es mejor que no te presiones. Y a veces, simplemente es cuestión de tiempo. Si el trabajo o las obligaciones te impiden parar, piensa en tus alternativas. Prueba los fines de semana o durante las vacaciones. Al final, lo esencial es encontrar el momento para recargar las pilas, y la noche cumplirá perfectamente esta función.

Si no tenías del todo claros los beneficios de la siesta, ya tienes todos los argumentos a tu disposición para decidir cuándo toca tumbarse a descansar. No olvides esta frase: ¡Es tan importante ser una persona activa como encontrar los momentos para desconectar! Regístrate en Espacio Vitalidad para encontrar más consejos para alcanzar un descanso reparador y sentirte con el depósito a tope de vitalidad.