CONOCERSE A UNO MISMO: LA BASE DEL CRECIMIENTO PERSONAL

¿A qué nos referimos cuando hablamos de conocerse a uno mismo? Puede que te suenen palabras como autoconcepto, autoestima, autoimagen, identidad… En este artículo te contamos qué significa conocerse a uno mismo y qué implica para tu desarrollo y crecimiento personal. 

Conocerse a uno mismo te ayuda a tener una idea clara de quién eres y de lo que quieres conseguir, te impulsa para lograr tus metas a tu manera y gracias a tu propio esfuerzo, a la vez que contribuye muy positivamente a tu vitalidad y bienestar emocional.

¿Te has preguntado si sabes quién eres?

El autoconcepto es el conjunto de ideas y opiniones que tienes sobre ti mismo. Es la imagen que defines de ti mismo en tu mente. 

Reflexiona: 

• ¿Eres feliz contigo mismo? 
• ¿Disfrutas de ti mismo en momentos de soledad? 
• ¿Eres consciente de tus fortalezas y estás orgulloso de ellas? 
• ¿Conoces tus flaquezas y las aceptas mientras te esfuerzas por mejorar? 
• ¿Qué opinión te mereces? 

Si la respuesta mayoritaria es sí, enhorabuena: tu autoconcepto es positivo. Como ves, el autoconcepto implica un juicio sobre ti mismo.

El autoconcepto se basa en tu identidad. Tu identidad es la representación mental de tu persona en cada faceta de tu vida. Pongamos como ejemplo a una empleada de banca y madre de gemelos. Ser amable puede formar parte de las dos identidades, pero transmitir seriedad probablemente predominará en su identidad profesional, y ser práctica y divertida, en su identidad personal.

Es decir, puede haber variaciones en la identidad según la situación en la que te encuentras, pero todas forman parte de tu autoconcepto y son objeto de autoexamen. ¿Sabrías definir las tuyas?

¿Cómo puedes mejorar tu autoconocimiento?

Mejorar internamente

• Conviértete en la mejor versión de ti mismo. Realiza un esquema, colocando en una columna los adjetivos que crees que te definen. Sé sincero. Señala los que te hacen sentir mejor. Identifica los que te hacen sentir peor y al lado apunta qué te gustaría poner en el futuro. Esta es tu meta: quién quieres llegar a ser.

Analizar la línea de vida

• Haz la línea de la vida. Esta herramienta para conocerse a uno mismo te ayudará a destacar los momentos importantes de tu vida, lo que han significado para ti, y te dará una visión global de cómo has ido evolucionando con las experiencias vividas. Podrás ver claramente las identidades cambiantes que forman tu autoimagen.

Escribir tus vivencias

• Practica la escritura personal. Tanto si escribes en formato diario, como si escribes solamente según tu estado de ánimo o te ha sucedido algo importante, el efecto de la escritura personal es muy poderoso. Al escribir, te verás obligado a poner nombre a las emociones y a intentar encontrar su origen. También, al leerlo un tiempo después descubrirás partes de ti que tal vez habías pasado por alto.

Saber qué opinan los demás sobre ti mismo

• Pide a tus personas de confianza que te describan sin tapujos. Puedes descubrir cómo te ven los demás y qué les gusta más de ti. Costumbres, comportamientos repetitivos o manías de las que no eras consciente también podrían salir a la luz. Reflexiona sobre ellas y, si alguna te hace sentir incomodidad o vergüenza, añádela como objetivo a pulir en la mejor versión de ti mismo.

¿De qué sirve conocerse a uno mismo?

Existen periodos vitales en los que tienes la sensación de estancamiento, de sinsentido de la vida, y esto te provoca un estado de entumecimiento, de inactividad, de infelicidad, al fin y al cabo. Sientes que tu vida está vacía, que no avanzas, y dejas de disfrutar de las experiencias y de las relaciones.

El crecimiento personal te permite desarrollar todas tus potencialidades. Te hace mejorar en habilidad, capacidad y gestión emocional para que tu vida sea más plena, para que logres hacer realidad tus proyectos vitales y, en definitiva, te sientas vital, activo, satisfecho con la vida y feliz de vivirla.

Es evidente que para mejorar algo (en este caso, a ti mismo), es necesario saber en qué punto se encuentra y qué aspectos es necesario perfeccionar. Aquí es donde entra el autoconocimiento. Así que te animamos a desarrollar tu autoconocimiento y tu vitalidad para superarte día a día. ¡Forja un autoconcepto que te haga plenamente feliz!