LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN NIÑOS: CONSEJOS PARA SU DESARROLLO

A partir de los dos años los niños comienzan a tener consciencia y capacidad de regular sus propias emociones, pero ya desde el nacimiento las experimentan. Para que los niños tengan un desarrollo emocional óptimo es muy positivo enseñar la inteligencia emocional en casa. 

Te contamos cómo adaptar los conocimientos de inteligencia emocional para que los niños la desarrollen y estén llenos de vitalidad.

LOS PILARES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN NIÑOS

La inteligencia emocional tiene 3 pilares fundamentales:

• Autoconsciencia: saber reconocer e identificar las emociones que sientes.
• Autocontrol: saber cómo actuar ante esas emociones.
• Empatía y habilidades sociales: conectar y relacionarse con los demás. 

1. AUTOCONSCIENCIA EN NIÑOS: IDENTIFICANDO LAS EMOCIONES 

Hasta los 2-3 años los niños no hablan, pero son perfectamente capaces de distinguir las emociones a través de los gestos de los demás e imitar el lenguaje no verbal que las acompaña. Dibujar y colorear son actividades que les encantan y que puedes aprovechar para ir enseñándoles los nombres de las emociones básicas pintando rostros y expresiones de:

• Asco
• Miedo
• Ira
• Tristeza
• Alegría

Podéis jugar también a nombrar (tú) y señalar (el niño) en las ilustraciones de los cuentos: ¿quién está contento?, ¿quién está enfadado?, etc. Es muy positivo que los pequeños puedan dar nombre a aquello que están sintiendo. 

A partir de los 3-4 años el desarrollo del lenguaje se dispara y puedes comunicarte con ellos a otro nivel. Practicad el diccionario de las emociones, las manualidades con rostros, o hacer dibujos de actividades que le provocan cada emoción. Aprovecha las situaciones en las que ves claro lo que el niño siente para ayudarle a poner nombre a la emoción. A esta edad empiezan a comprender también la relación causa (hecho) – efecto (emoción).

Más adelante, a partir de los 6 años, su universo emocional se desarrolla y se va haciendo poco a poco más complejo. Es el momento de explicarle cómo los pensamientos y las emociones se relacionan, creando conceptos más elaborados: los sentimientos. Por ejemplo, sentirse satisfecho es alegría por la creencia de haber actuado correctamente. La envidia significa ira junto al anhelo subyacente de conseguir lo que otro tiene. La vergüenza nace del miedo al rechazo, la inseguridad y el deseo de ser aceptado.

2. AUTOCONTROL EN NIÑOS: CÓMO ACTUAR ANTE UNA EMOCIÓN

La típica rabieta. Ocurre cada vez con menos frecuencia a medida que el niño crece, pero si quieres ayudarle a acelerar este proceso, debes saber que uno de los aprendizajes básicos de toda persona es saber tolerar la frustración. 

Las rabietas ocurren en situaciones de emociones intensas cuando el niño no sabe qué hacer con ellas. Forman parte del desarrollo, y son habituales con 2-4 años, pero puedes educar en inteligencia emocional al niño dándole herramientas de gestión de la frustración. Cuando aún son pequeños, es útil mantenerse firme -el clásico “no le hagas caso y se le pasará”-, aunque no suele ser suficiente. Lo que ayuda al niño es que le ofrezcas una alternativa. Con esto aprende:

• A pensar por sí mismo alternativas de conducta ante situaciones frustrantes siguiendo tus ejemplos.
• A sentir que tiene cierto grado de control sobre la situación: puede elegir qué hacer.

Otro punto importante es que, si rechaza la alternativa y “se porta mal”, le hagas responsable de sus actos. Cuando esté más calmado, si por ejemplo ha arrojado objetos, deberá recogerlos. Puedes ayudarle, pero el mensaje debe ser siempre que las acciones tienen consecuencias y hay que afrontarlas.

3. EMPATÍA EN NIÑOS: RECONOCIENDO AL OTRO

Los niños nacen con una empatía primaria de serie. Es muy fácil verlo cuando hay varios niños juntos: suelen contagiarse la risa, el llanto, las rabietas… También ocurre con los adultos. Cuando la madre sonríe, el niño suele responder con el mismo gesto.

No obstante, ten en cuenta que:

• Primero se desarrolla la consciencia de uno mismo (a partir del año y medio).
• Hasta los 5 años el niño no comprende que otras personas tienen su propia consciencia, distinta de la suya.

Ayúdale preguntando cómo cree que se sienten otras personas e indícale en qué pistas debe fijarse: expresión, tono de voz… El niño aprenderá muy rápidamente la empatía si tú actúas de forma empática. 
¡Recuerda que tu ejemplo vale mucho más que las palabras cuando tratas con niños!