La sociabilidad es una capacidad básica de las personas como seres sociales. De hecho, las relaciones sociales son uno de los pilares a reforzar para mejorar tu vitalidad. La falta de relaciones o las relaciones excesivamente superficiales pueden provocarte sentimientos de soledad, frustración y desesperanza.
Si en ocasiones te resulta difícil sociabilizar, en este artículo te explicaremos qué es la inteligencia social y cómo puedes traducir sus principios en comportamientos prácticos que te ayuden a ser más sociable.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
La inteligencia emocional es la capacidad de generar relaciones interpersonales satisfactorias, exitosas y de calidad a través de cuatro habilidades básicas:
- La empatía
- La asertividad
- La comunicación eficaz
- La gestión adecuada de las emociones
Todas las personas tenemos cierto grado de inteligencia social, ya que es una capacidad básica del ser humano que nos ha permitido evolucionar como especie. Es tal su importancia que incluso tu cerebro tiene células especializadas en ser más sociable: las neuronas espejo. Su función es reflejar o imitar los comportamientos y expresiones emocionales de las personas con las que te relacionas. También te permiten reconocer las emociones e intenciones de otras personas (la intuición social, la “primera impresión”) y poder conectar con ellas (la empatía y la sintonía con los demás).
¿CÓMO SER MÁS SOCIABLE? DIEZ ESTRATEGIAS PRÁCTICAS
Como ves, tu mente está diseñada para conectar con otras personas. Ahora bien, ser sociable puede resultarte más difícil si eres tímido. Para mejorar tu capacidad de socializar debes prestar atención a los comportamientos y estrategias que caracterizan a las personas con un alto nivel de inteligencia social.
10 CONSEJOS PARA SER MÁS SOCIABLE
1. EMPATÍA
Presta atención a cómo puede estar sintiéndose la otra persona y sé comprensivo. Existe todo un mundo social más allá de tu estado interno.
2. SINTONÍA
Asume una actitud receptiva y escucha atentamente. Busca factores en común con la otra persona y dirige la conversación hacia temas con los que te sientas cómodo, siempre teniendo en cuenta lo que interesa también a la persona con la que hablas.
3. LENGUAJE NO VERBAL
Fíjate en los gestos y expresiones de la otra persona. Te ayudarán a saber si se siente incómodo, está a gusto, se ha puesto nervioso…
4. COGNICIÓN SOCIAL
Preocúpate por conocer y entender las dinámicas y normas particulares del grupo con el que te estás relacionando, y respétalas. Nos referimos al “saber estar en cada lugar”.
5. RECIPROCIDAD
Ya hemos hablado de las neuronas espejo. Si quieres profundizar en una relación, ábrete, deja salir alguna de tus vulnerabilidades. Seguramente verás que la otra persona refleja tu conducta abriéndose también. Esto genera intimidad y la sensación de conocerse mejor.
6. GESTIÓN EMOCIONAL
Si te asaltan pensamientos negativos o sentimientos de ansiedad, puedes optar por intentar ocultarlos (lo que los magnificará) o comunicarlos con sinceridad a la otra persona para que los tenga en cuenta, pero sin victimismo. Esto ayudará a que no te bloquee y además puedes generar empatía sencillamente diciendo: “disculpa, esto es nuevo para mí y estoy un poco nervioso”.
7. PRESENCIA
Fíjate en lo que transmites con tu apariencia y tus expresiones. Para no generar rechazo, muestra una actitud amistosa y abierta: sonríe y saluda, mantén una postura receptiva.
8. AUTENTICIDAD
Para construir un vínculo real con otras personas no debes hacerte pasar por quien no eres. Acepta tus propias contradicciones, los demás también las tienen. Si no encajas con alguien, sencillamente no lo fuerces.
9. ASERTIVIDAD
Sé honesto contigo mismo y en tu comunicación con los demás. No ocultes tus intenciones, pero transmítelas con respeto, firmeza y consideración al otro.
10. PRACTICAR
La confianza en ti mismo es muy importante para no pasarlo mal, sino disfrutar sociabilizando. No obstante, piensa que esta confianza solo la conseguirás con la práctica. Puede que te sea más fácil si te planteas primero algunos desafíos más asequibles, como conversaciones cortas. Pero, aunque sea de forma progresiva, lánzate a sociabilizar.
Ser más sociable es una de las claves del bienestar. Ya has visto que estamos mentalmente programados para ello, pero, además, las relaciones personales positivas te aportan felicidad, te enriquecen, te llenan de afecto y energía positiva, y, en definitiva, contribuyen enormemente a tu vitalidad.
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