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Ejercicios de relajación para niños: ¡aprender a relajarse importa!

Los niños son vitales por naturaleza, extremadamente activos y con una motivación inagotable para experimentar sensaciones, emociones y descubrir el mundo que les rodea.

Los adultos acostumbramos a someter a los niños a una gran actividad, enfocada a no coartarles su curiosidad y a potenciar su afán de aprendizaje. Los niños son esponjas con una enorme capacidad de asimilar información, experiencias y conocimiento, pero, por todo ello, es esencial que puedan tener sus momentos para “parar” y relajarse, algo muy importante para su crecimiento personal y emocional.

Hay muchas situaciones y factores que pueden provocar que los niños se sientan abrumados o ansiosos. Si pones en práctica algunas de las técnicas de relajación que te proponemos, estarás ayudándoles a entender y canalizar sus emociones, a potenciar su autoestima y a ofrecerles herramientas para superar algunas dificultades. Además, mejorará su concentración, la calidad de su sueño y sus habilidades sociales. ¡Aprender a relajarse importa!

Pon en práctica estos 6 sencillos ejercicios de relajación para niños, ¡les ayudarás a que puedan sentirse mucho mejor!

6 ejercicios de relajación para niños

  1. Escuchar la respiración

Trabajar la respiración es el punto de partida para la relajación. De manera muy sencilla, puedes conseguir que los niños se relajen escuchando su respiración.

Deben sentarse en una posición que les resulte cómoda en silencio o, si lo prefieres, puedes acompañar este ejercicio con música relajante de fondo. Tienen que inspirar profundamente por la nariz y soltar el aire por la boca. Proponles que pongan una de sus manos en el estómago para que puedan experimentar cómo su barriga se hincha y deshincha como si fuera un globo.

  1. ¿Quién ríe antes?

Este divertido ejercicio es un clásico. Seguro que lo habrás practicado en alguna ocasión.

Se trata de que te sientes con las piernas cruzadas frente al niño. Tenéis que manteneros quietos y mirándoos a los ojos, sosteniendo la mirada, pero sin reírse. Esta es la clave del juego. Para hacerlo más ameno, puedes ir haciendo muecas o incluso cosquillas para provocar su sonrisa. Tanto para el que intenta resistir como para el que intenta hacer reír, este ejercicio de relajación ayuda a centrarse en la otra persona.

  1. ¡A cantar!

Algo tan sencillo como cantar puede resultar muy útil para calmar y relajar a un niño. La música es un elemento muy importante para el ser humano y es habitual vincularla con estados emocionales. Proponle que cante una canción que le guste y que le obligue a un poco de esfuerzo para recordar la letra y mantener el ritmo.

Te resultará especialmente útil para “romper” alguna situación en que el niño pueda estar enfadado o muestre un cierto malestar, ya que “la música amansa a las fieras”.

  1. Contacto físico, un sencillo masaje

Una caricia, un beso, un abrazo… El contacto físico con los niños es muy importante para su equilibrio emocional y les aporta tranquilidad. Antes de irse a la cama, puede ser un buen momento para practicar un sencillo masaje. Les ayudarás a que sus músculos se sientan relajados y a que puedan dormir mejor.

  1. ¡A dibujar!

Dibujar es otro recurso sencillo y muy adecuado para que los niños puedan relajarse. Es una gran oportunidad para que el niño pueda expresar sus emociones sean del tipo que sean. Busca un espacio tranquilo donde puedan sentirse cómodos, dótales de todo lo que necesitan para pintar: hojas, lápices, rotuladores o, si eres un poco más atrevido, incluso acuarelas, e invítales a que dibujen.

Dales absoluta libertad para que puedan expresar lo que quieran. Una vez lo hayan terminado, coméntalo con ellos, te ayudará a obtener información sobre las cosas que les gustan, les motivan o pueden preocuparles.

  1. ¡Da rienda suelta a su imaginación!

Su capacidad para imaginar cosas es otra de las características intrínsecas en los niños. ¡Poténciala y les ayudarás a relajar su tensión! Descríbeles un escenario que les guste: una playa en un lugar paradisíaco, unas montañas nevadas, una selva llena de animales…

Se trata de proponerle un entorno y que los vayas guiando para que puedan ir describiendo lo que se les ocurra. ¡Su imaginación pondrá el resto! Seguro que los paisajes y los personajes que vaya incorporando al relato no dejarán de sorprenderte.

 

Tendemos a saturar a los niños con actividades y mucha información y no dejarles espacio para que puedan aburrirse. Los más pequeños tienen la capacidad de absorberlo prácticamente todo, pero a veces podemos sobresaturarlos y generarles estados de estrés. Por eso, estos y otros ejercicios de relajación para niños son una gran oportunidad para que puedan relajarse y conocerse mejor.

Es importante que les acompañes y les guíes en los diferentes ejercicios. Te agradecerán estos momentos de calma e incluso de introspección que repercutirán en positivo en el control de sus emociones. También puedes registrarte en Espacio Vitalidad donde encontrarás actividades para realizar con niños, así como todo tipo de propuestas para fomentar tu vitalidad y la de los pequeños de la casa.

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