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LA MOTIVACIÓN EN LOS NIÑOS COMO MOTOR DE SU VITALIDAD

La infancia es una etapa vital caracterizada por la ilusión, la ausencia de preocupaciones por el futuro y el disfrute del momento presente. Estos tres factores hacen que los niños vengan motivados casi de serie. Pero algunos factores pueden afectar su motivación haciendo que pierdan la ilusión típica infantil y se vuelvan perezosos, apáticos y tristes. Te contamos cuáles son estos factores, cómo evitarlos y qué hacer en caso de que aparezcan.

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LA IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN INFANTIL

La motivación en los niños es uno de los pilares básicos para el aprendizaje. Los niños aprenden a través del juego, y el juego por sí mismo les motiva a actuar. El interés, la curiosidad y la diversión son el motor de su conducta. Estos comportamientos suelen surgir del niño de manera espontánea y hacen que exploren, experimenten y descubran el entorno de forma casi instintiva. 

Aun así, es muy importante que los padres generen entornos estimulantes para potenciar esta motivación intrínseca o propia del niño. También es clave que les dejes actuar, equivocarse por sí mismos y volverlo a intentar.

DETECTA LA FALTA DE MOTIVACIÓN EN LOS NIÑOS

La motivación es un concepto complejo que los niños no entienden y, por tanto, un niño jamás te dirá que está desmotivado. No obstante, los niños dicen más a través de sus conductas que con las palabras. Estas señales pueden indicar que un niño está desmotivado:

  • No muestra iniciativa propia, aunque realice las tareas que tú le ordenas.
  • No inicia actividades de forma espontánea.
  • No tiene ganas de jugar.
  • Parece sin energía durante periodos largos de tiempo.
  • No parece que le guste nada en especial, no tiene un juego favorito.
  • No muestra emoción ante experiencias nuevas.

¿CÓMO EVITAR LA DESMOTIVACIÓN EN LOS NIÑOS?

Repasamos algunas situaciones en las que tu comportamiento como adulto a cargo de los niños puede ser contraproducente y les desmotiva.

  • No te centres en lo que te motiva a ti. Aprende a distinguir lo que despierta el interés del niño: céntrate en él.
  • La falta de cariño es uno de los principales factores desmotivadores porque el niño deja de sentirse querido y esto provoca sentimientos de inseguridad.
  • No le plantees actividades completamente nuevas, porque si el salto cualitativo es demasiado grande puede sentirse perdido. Utiliza tareas o juegos que domina como puente para los nuevos aprendizajes.
  • No repitas una y otra vez la misma actividad cuando ves que el niño es aún incapaz de entenderla. Esto produce frustración, contraria a la motivación.
  • Las actividades estáticas no son tan motivadoras como las dinámicas. Por lo general, los niños se motivan más y aprenden mejor en movimiento.
  • El exceso de estímulos puede ser abrumador. Controla la cantidad de estímulos, ruidos, personas que participan y órdenes que se le dan al niño para que el entorno sea adecuado y equilibrado.
  • Si la recompensa no tiene nada que ver con la tarea o actividad que le planteas al niño, a la larga estás potenciando la motivación extrínseca, que es mucho menos poderosa que la intrínseca. Es mejor que la recompensa sea la propia acción y el placer de realizarla.
  • La prisa y la necesidad de cumplir horarios puede hacer que pierdas de vista lo más importante: que el niño disfrute de la actividad. Sé flexible con la gestión del tiempo.
  • No hagas por el niño lo que él puede hacer por sí mismo, aunque tarde más tiempo o no lo consiga hacer perfecto. Valora los pequeños avances.

LA MOTIVACIÓN EN LOS NIÑOS: LAS BASES

Puede que te preocupe no estar motivando a los niños con los que te relacionas, pero ten en cuenta que, por lo general, no es necesario hacer nada especial para motivarles. Recuerda que la motivación por aprender, descubrir y explorar es algo innato que todos los niños tienen, y, por ello, la infancia suele ser un periodo con un alto nivel de vitalidad de forma inherente. 

Es más importante que les proporciones cariño, un entorno adecuado y seguro y acompañamiento en sus descubrimientos, y que tus hábitos de adulto no frenen esa ilusión infantil tan característica. Contágiate un poco de la vitalidad de los niños y siente esa curiosidad, emoción y motivación participando con ellos.

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