Actívate con estos ejercicios para tener mejores reflejos

Un reflejo es una reacción muscular a un estímulo, y puede ser un buen indicador de la salud de tu sistema nervioso. Si todo funciona correctamente, esta respuesta será involuntaria, automática y prácticamente inmediata. Algunas de estas reacciones se asocian a etapas concretas de la vida, pero hay otras que se pueden ‘entrenar’ con diversos ejercicios para tener mejores reflejos. Aunque es normal que con la edad perdamos algo de agilidad, si eres una persona activa, la vitalidad de tu organismo se alargará más en el tiempo.

Los reflejos están muy vinculados al deporte de acción, pero también pueden marcar diferencias en el día a día. La capacidad de responder ante situaciones imprevistas es útil en cualquier circunstancia, tanto en lo personal como en lo colectivo. Seguro que te han venido bien si se te caía algo en casa, o si te tropezabas repentinamente en la calle. De la misma manera, podrían ser decisivos si necesitas ayudar a niños pequeños o personas mayores que no controlen totalmente sus movimientos. Y tampoco podemos olvidar su relevancia en accidentes de mayor gravedad.

Existen actividades rutinarias que contribuirán a mantener y mejorar tus reflejos, y quizá algunas de ellas ya forman parte de tu calendario semanal. Si sigues leyendo, encontrarás algunos ejemplos, además de una lista de ejercicios para potenciar tus reflejos. Lo más importante es que dejes el sedentarismo a un lado y desarrolles tu agilidad para prepararte para cualquier reto cotidiano o deportivo. ¡Ponte en marcha!

Sea cual sea tu elección, recuerda que moverte y hacer deporte tiene numerosas ventajas. Entre otras cuestiones, mejorará tu condición física, y también tendrá un impacto positivo en tu bienestar mental. Descárgate este ebook para iniciarte en la práctica de ejercicio y potenciar tu vitalidad:

Consejos para cuidar tu agilidad

Sigue un estilo de vida saludable

Los hábitos saludables son un acierto a todos los niveles, ya que te permitirán estar al máximo física, mental y emocionalmente. Y aunque ya lo hemos mencionado, no nos referimos únicamente al ejercicio físico. Una alimentación variada y equilibrada y un descanso reparador también harán que funciones como una máquina bien engrasada. A pesar de que ocasionalmente sí puedas alcanzarla, será difícil mantener tu mejor versión si sientes cansancio o si no comes como deberías.

Aprovecha los videojuegos

¿Quién dijo que los videojuegos solo son cosa de niños? Evidentemente, hay que tener mesura, pero esta es una actividad que tiene beneficios físicos y mentales. Los desafíos que te pueden proponer ciertos juegos estimularán a tu cerebro, y además pondrán a prueba tu conexión pensamiento-acción obligándote a reaccionar rápidamente. Hoy en día incluso hay consolas dedicadas especialmente al trabajo físico, que también te permitirán hacer ejercicio en casa. En soledad o en familia, tendrás al alcance de tu mano un entrenamiento ideal.

Practica deporte

El ejercicio físico forma parte de los hábitos saludables, pero también hay deportes concretos que te permitirán desarrollar los reflejos de forma más específica. Aparte de grandes clásicos como el fútbol o el baloncesto, la gimnasia o las artes marciales también te ayudarán. Y si buscas un reto adicional, prueba aquellos en los que se usan “herramientas”, como el hockey, el tenis, el ping-pong o el pádel.

Trabaja la visión periférica

Algunos animales tienen muy desarrollada la visión periférica, lo que les permite controlar su entorno y detectar y anticipar situaciones de peligro. Los humanos, en cambio, tendemos a fijar la atención visual en un punto fijo, algo que podemos modificar. Si te acostumbras a prestar atención a los detalles, como colores, formas, alturas o movimiento, tendrás mucha más sensibilidad a lo que sucede a tu alrededor.

3 ejercicios para tener mejores reflejos

1. “Cazar” un objeto

Existen diversas opciones para realizar este ejercicio, con el que trabajarás tu capacidad de estar alerta y de responder con rapidez. Si alguna persona puede ayudarte, ponte delante de ella en posición de tensión, es decir, con las rodillas flexionadas y los brazos extendidos. Ella deberá sujetar dos pelotas de tenis -u otro objeto-, y dejar caer una o las dos, sin previo aviso, para que tú las “caces” antes de que toquen el suelo. Si no tienes compañía, siempre puedes hacerlo en solitario, haciendo rebotar el objeto, girándote, y localizándolo y capturándolo después de darte la vuelta.

2. Reaccionar ante una señal

Este ejercicio es muy similar al anterior, pero con diferentes estímulos y reacciones. Una vez más, el formato cambiará ligeramente si es un entrenamiento compartido o en solitario. Para empezar, debes sentarte en una silla o un sofá, y si hay alguien contigo, debe realizar una señal para que te levantes. El modo simple consiste en realizar siempre la misma y jugar con los tiempos para que estés pendiente, pero podéis subir la dificultad si variáis entre avisos visuales y acústicos, y si introducís estímulos “falsos”, ante los que no deberás reaccionar. Si no dispones de acompañante, puedes buscar algún vídeo o audio en internet con pitidos o colores, siempre y cuando la cadencia no sea uniforme.

3. Activación rápida

En esencia, este proceso es la suma de los dos anteriores, y se centra en entrenar tanto tu reacción como tu activación. Es un poco más exigente que los dos primeros, ya que, además de reaccionar a una señal o estímulo, también deberás activarte y realizar una acción compleja justo después. Por ejemplo, puedes probar a dar un salto tras recibir el aviso de movimiento, o si tienes ayuda, a levantarte de una silla y capturar algo que te hayan lanzado.

Aunque es una cualidad que viene de serie, no renuncies a los ejercicios para tener mejores reflejos. Una vida activa es clave para incrementar tus reservas de vitalidad, así que procura no oxidarte. Regístrate en Espacio Vitalidad para encontrar más consejos y recursos que te permitirán mantenerte en plena forma y encarar con energía cualquier desafío al que te enfrentes.