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ESTRÉS Y ANSIEDAD: CÓMO COMBATIRLOS Y REDUCIRLOS

Aunque a veces se habla de ellos indistintamente, la ansiedad es un estado emocional, mientras que el estrés es una reacción fisiológica del cuerpo. Te contamos qué son y cómo combatirlos para que no afecten a tu vitalidad.

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APRENDE A DIFERENCIAR EL ESTRÉS DE LA ANSIEDAD

El estrés es un estado de hiperactivación de tu cuerpo que se produce cuando tu cerebro considera que la tarea que tienes por delante es excesiva en relación con los recursos de los que dispones en ese momento. 

En principio, es algo bueno y surge como mecanismo de adaptación: tu cuerpo se prepara para darlo todo y poder superar ese reto. Pero cuando no sabes manejarlo correctamente y se va alargando en el tiempo, ese estado de activación prolongado es perjudicial para tu salud porque va minando tu equilibrio emocional y desgastando tus recursos. 

En cambio, la ansiedad es un estado emocional que surge como respuesta de tu cuerpo ante un estímulo (real o anticipado) que tu cerebro considera peligroso, lo cual provoca una reacción que te prepara para luchar o huir, para sobrevivir.

Como ves, la ansiedad tiene más que ver con el miedo, por lo que es emocional, mientras que la fuente de estrés está más relacionada con una situación de sobrecarga y con la sensación de no dar abasto. De hecho, la ansiedad es uno de los síntomas predominantes del estrés a nivel emocional

DESCUBRE CÓMO SE RELACIONAN ENTRE SÍ

Una situación de estrés, como un reto laboral o un examen, puede producirte ansiedad porque tu cerebro anticipa que el riesgo que supone no cumplir las exigencias, como un despido o un suspenso, es algo que amenaza a tu estilo de vida. Te estresas porque tienes mucho trabajo, o poco tiempo, y tienes ansiedad por el miedo a no conseguirlo y a la incertidumbre que supondría la consecuencia negativa.

El estrés es más fácil de controlar de forma consciente que la ansiedad. Sabes que cuando hayas acabado el proyecto o haya pasado el examen el reto habrá terminado. Su desencadenante es algo tangible, real y programable. En cuanto a la ansiedad, esta puede ser una de las consecuencias del estrés, pero no puedes confiar en que, cuando acabe la situación estresante, este sentimiento también desaparecerá. La ansiedad tiene un factor interno de pensamiento que muchas veces es inconsciente.

Seguramente, habrás tenido alguna vez la sensación de que te preocupabas por nada, cuando todo ya ha pasado, y eso significa que el estímulo amenazante estaba originado en tus pensamientos, en tu anticipación de la situación de peligro, y no en la situación real en sí misma.

PREPÁRATE PARA COMBATIR Y REDUCIR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD

¿CÓMO COMBATIR LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS DESDE SU ORIGEN?

  • Fortalece tu autoestima para generar más seguridad en ti mismo. Reducirás tus miedos y aumentará la seguridad en tus capacidades.
  • Evita los comportamientos que los alimentan, como posponer el despertador o las tareas. El “ya lo haré después” será uno de tus peores enemigos.
  • Educa tu mente y tu atención para que no se dejen llevar por miedos y pensamientos catastrofistas.
  • Céntrate en el momento presente. Detecta las preocupaciones infundadas y relativízalas: tómate tu tiempo para darle a cada cosa la importancia que realmente tiene.
  • Descansa. Dormir de 7 a 8 horas prepara a tu cerebro para un nuevo día. Tendrás la mente más clara y las pilas totalmente cargadas.
  • Sigue una alimentación variada y equilibrada para que tu cuerpo tenga todos los recursos que necesita. Come tranquilamente y saborea, es tu momento de disfrutar.

¿CÓMO AFRONTAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD?

Controlar los síntomas del estrés y de la ansiedad es posible. Existen ciertas rutinas, ejercicios o hábitos que puedes hacer para mitigar los efectos del estrés en tu día a día. Porque sí, es cierto, a veces no podemos evitar las ocasiones de tensión, nervios y estrés, pero sí podemos controlar la forma en la que respondemos ante ellas. Aquí te contamos algunos consejos para lograrlo:

COGE AIRE… Y RESPIRA

Aprende alguna técnica de respiración profunda o de relajación muscular progresiva. Y es que respiración y relajación van de la mano.

CULTIVA TUS RELACIONES

Dedica tiempo a cultivar tus relaciones con las personas a las que quieres. Su apoyo y cariño te recargarán de vitalidad para afrontar estos retos.

HAZ UN POCO DE EJERCICIO

Practica ejercicio para fortalecer tu cuerpo y generar endorfinas, que regulan la tensión y el estrés. También puedes ayudar a relajar tu cuerpo cuando notas que los nervios te están atacando: ¿has probado a hacer algunos ejercicios de relajación? Puedes hacerlos incluso en la oficina.

ENCUENTRA TU MOMENTO DE DESCONEXIÓN

Planifica el día con calma y busca un momento para despejarte, para desconectar. Aunque solo sean 5 minutos, le darás un descanso a tu mente que realmente agradecerá.

CUIDA TU ALIMENTACIÓN

El estrés y la ansiedad son malos consejeros para una dieta sana y equilibrada. El hambre emocional llega sin avisar y puede hacer que comas a deshoras o que piques comida poco saludable, que sacie tu paladar pero que no cubra lo que tu cuerpo necesita.

Como ya has descubierto, el estrés puede producirse en muchas situaciones de tu vida diaria, pero generalmente está causado por factores externos. La ansiedad, por otro lado, proviene en gran parte de tus pensamientos e interpretaciones de estas situaciones. Ahora tú puedes decidir cómo afrontarlos y combatirlos para seguir con una vida llena de bienestar y vitalidad.

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