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CON ASERTIVIDAD Y EMPATÍA DISFRUTARÁS CON VITALIDAD DE TODAS TUS RELACIONES

La asertividad y la empatía son dos de los pilares de la inteligencia emocional y social que impulsarán tus habilidades sociales y te permitirán mejorar en el área interpersonal o desarrollar nuevas relaciones. Recuerda que para tu vitalidad y bienestar, las relaciones sociales son fundamentales y necesarias. Además, son uno de los motores de tu vitalidad. Repasamos en qué consisten estas capacidades y en cómo puedes entrenar tu asertividad y empatía para brillar en el ámbito social y tener relaciones sólidas, beneficiosas y auténticas.

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ASERTIVIDAD Y EMPATÍA: LA PAREJA TRIUNFADORA PARA SOCIALIZAR

Tal y como te contábamos en otro artículo, la empatía es tu capacidad para sentir, comprender o deducir las emociones de otra persona. Te pone en sintonía con el universo interior del otro y te permite construir y desarrollar relaciones de calidad con una base muy sólida.

La asertividad es otra habilidad social que se refleja en aquellas personas que saben decir lo que piensan o hacerse respetar, sin excederse ni faltar al respeto a los demás. Significa mostrar seguridad a la hora de reclamar tu lugar y tus derechos, pero sin agresividad ni estallidos emocionales incontrolables y reactivos.

 

¿QUÉ IMPLICA SER ASERTIVO?

  • Desterrar la pasividad ante situaciones que percibes como injustas o irrespetuosas hacia tu persona.
  • Confiar en ti mismo para comunicar eficazmente tus pensamientos, emociones y necesidades.
  • Apoyarte en tu autoestima para detectar en qué situaciones no recibes el respeto que toda persona merece y reclamarlo con tranquilidad y firmeza.

A veces cuesta encontrar un equilibrio entre asertividad y empatía, puesto que a primera vista parecen ser opuestas. El estilo individualista de la cultura social actual puede, en parte, reforzar la asertividad, pero no hay que confundirla con el egoísmo. El egocentrismo que caracteriza las relaciones sociales en nuestra cultura es más bien un freno al desarrollo de las capacidades empáticas desde la infancia. 

¿CÓMO ACTUAR CON ASERTIVIDAD Y EMPATÍA?

La empatía implica modificar tus prioridades psicológicas y emocionales en los momentos necesarios: temporalmente apartas y separas tu universo emocional del centro, para ser más receptivo y dar espacio de expresión a los sentimientos y pensamientos de la otra persona. 

  • Esto no significa que te dejes de lado a ti mismo, y si no puedes atender a las necesidades emocionales de la otra persona, la asertividad te ayudará a manifestárselo con calma y sin herir sus sentimientos.

Entender los sentimientos del otro es una parte de la empatía. Pero igual de importante es saber cómo actuar una vez comprendes las emociones de la otra persona. Aunque las comprendas, si no acompañas y apoyas adecuadamente su gestión, puedes incluso agravar un estado de tristeza o malestar. Los ejercicios para dejar de somatizar pueden ser interesantes para eliminar ese malestar psicológico.

  • Sin embargo, desde la asertividad, puedes acompañar al otro en su mal momento sin actuar como si siempre tuvieras que complacer a los demás, o para obtener su aprobación. 

Priorizar siempre a los demás e intentar evitar enfrentamientos o su rechazo no es ser empático, porque esa comprensión no es sincera, sino que lo haces para conseguir un objetivo (egoísmo encubierto) y además, no es asertivo, porque antepones las necesidades del otro a las tuyas.

 

ENCUENTRA EL EQUILIBRIO PARA SER EMPÁTICO Y ASERTIVO

  • El egoísmo generalmente se asocia a un concepto negativo, pero existe cierto nivel de egoísmo que en realidad es positivo para tu salud psicológica. Cuando tú estás bien contigo mismo, resulta mucho más sencillo ser empático. Eres capaz de apartar temporalmente tus necesidades del foco porque están cubiertas y no te preocupan.
  • Para estar bien contigo mismo es necesario que trabajes tu autoestima y autoconfianza: ellas te darán el poder de ser asertivo. Esto te permite defender tu persona y tus demandas sin atacar a las demás. En cierta manera, así estás demostrando respeto y empatía también hacia ellas.

Tanto la empatía como la asertividad se centran en gestionar las emociones. Para ser asertivo, debes centrar tu comunicación en cómo te sientes, para defender tu punto de vista y necesidades, y los motivos por los que te sientes así: las emociones no son discutibles. Del mismo modo, para ser empático debes atender y comprender las emociones del otro, sin confundirlas con las tuyas y respetando que tiene derecho a sentirse diferente a como te sientes tú.

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